El talento se queda en casa: El inspirador viaje de Beatriz de la Vega Hazas al mundo de la automoción

Muchos niños temen la idea de tener que ayudar a sus padres con las tareas diarias. Sin embargo, para Beatriz de la Vega Hazas, que creció en su España natal, fueron las horas que pasó ayudando a su padre a montar y a desmontar varios objetos, incluidos materiales automotrices, lo que despertó su pasión. Esa chispa finalmente la inspiraría a estudiar ingeniería. Tras decidirse por ese camino, ahora está viviendo el sueño de su infancia como ingeniera en la planta de Nissan en Cantabria, muy cerca de donde se crió y donde su pasión por la ingeniería automotriz se materializó por primera vez.

Beatriz admite que su deseo de arreglar y crear objetos con su padre en casa desempeñó un papel fundamental en su éxito académico, ya que "me permitió destacar en temas como matemáticas y física en el colegio, haciendo que una carrera en uno de estos temas fuese un camino obvio". De hecho, fue un camino por el que Beatriz optó con entusiasmo, estudiando ingeniería industrial en la cercana Universidad de Cantabria.

Al finalizar sus estudios, Beatriz no se decidía entre si decantarse por el campo de la automoción o la aeronáutica, campos que había desarrollado durante sus estudios universitarios. Tras unas prácticas de ingeniería para una empresa cercana, se le presentó la oportunidad de trabajar en Nissan como ingeniera en Cantabria, una oportunidad que Beatriz no dejó escapar.

Tras criarse a menos de una hora de la planta, Beatriz se encontraba en una posición única para considerar la importancia de la planta para la región y se siente muy afortunada de poder llamarla su casa. Tras casi dos años en Nissan como ingeniera, Beatriz admite que no hay dos días iguales. Sin embargo, su función diaria se centra principalmente en estudiar la viabilidad de varios proyectos, incluidas las nuevas piezas de Nissan y los nuevos componentes de terceros, y en proponer cambios para mejorar la eficiencia de la producción.

Beatriz considera que su parte favorita de esta función es "sugerir cambios en varias partes, ya que es cuando te sientes más escuchada y visible, experimentando la satisfacción de ayudar realmente a tu equipo no solo en Cantabria sino también en Barcelona y Japón, y ser parte de algo mucho más grande".

El programa de graduados también permite a las personas comprender mejor la amplia oferta de la planta de Cantabria y la variedad de las cosas que suceden, desde la logística hasta la calidad, ¡y todo lo demás! Además, Beatriz se siente muy agradecida por haber estado expuesta a diferentes ámbitos del sector de la ingeniería de producción mientras desempeñaba su función, algo que le ha dado una perspectiva amplia sobre la importancia general de su trabajo. El acceso a su tutor, que guía su desarrollo y actúa como un mentor a quien puede abordar con una gran cantidad de preguntas e inquietudes sobre cualquier parte de su trabajo, ha dado a Beatriz el apoyo y la confianza para sobresalir en Cantabria, haciendo suyo el puesto.

A pesar de que Beatriz disfruta de su tiempo en la planta de Cantabria, destaca que es necesario aumentar el número de mujeres en la industria en general. Reflexionando sobre sus estudios en la universidad, señala: "solo éramos 10 mujeres de las 70 personas que había en mi clase en la universidad, y solo cinco se graduaron". Aunque Beatriz reconoce el progreso en Cantabria, observa que la representación femenina sigue siendo limitada, especialmente en funciones técnicas. "Aunque veo a algunas mujeres en puestos de liderazgo", explica, "sigue existiendo una brecha en la representación en la parte técnica".

Sin embargo, Beatriz espera que esto cambie tanto en Cantabria como en la profesión, a medida que más mujeres pioneras como ella sigan subiendo por la jerarquía. Esto también puede ayudar a producir más modelos femeninos a seguir, algo que cree que es clave para inspirar a más jóvenes a que se decidan por este sector.

En cuanto a los consejos que daría a las chicas que quieren seguir el camino de la ingeniería, Beatriz lo tiene muy claro: "¡Ve a por ello! No dudes ni sientas que no vas a encajar. Te prometo que es increíblemente gratificante alcanzar tus objetivos y formar parte de un equipo diverso y solidario. Si es lo que te gusta, ¡no dejes que nada te detenga!"

Su programa de prácticas acaba pronto, pero Beatriz tiene claro que quiere continuar su viaje en Nissan. Ya sea en Cantabria, tal vez en un puesto de gestión, o tal vez mudarse al extranjero a otra planta de Nissan, no lo ha decidido aún. Sin embargo, lo que está claro es que si sigue aprovechando y nutriendo esa chispa de inspiración que se encendió por primera vez hace tantos años mientras ayudaba a su padre en casa, su carrera será memorable.

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